Se presentan con apariencia de bondad, pero no corresponden a la verdad, refiere.
Irineo Pérez Melo.- La Arquidiócesis de Xalapa se manifestó en contra de las voces seductoras que se presentan hoy al ser humano, pero que no corresponden a la verdad que se vive.
“Son voces manipuladoras que pervierten la realidad y que se presentan con apariencia de bondad. Son como las voces de la tentación que Jesús escuchó en el desierto y que lo invitaban a apartarse del proyecto de Dios”, refiere el comunicado dominical que emite la Oficina de Comunicación Social de esta asociación religiosa.
Al referirse a la escena de la transfiguración que se narra en el segundo domingo de cuaresma, “Dios Padre nos muestra a su Hijo y nos invita a escucharlo. La revelación de Dios se nos muestra por medio del rostro de Jesús. “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre”, dice Jesús en el evangelio de Juan (Jn 14, 9). Jesús nos muestra el rostro misericordioso del Padre”.
Este acontecimiento viene narrado después del primer anuncio de la pasión de Jesús y revela su identidad. Se trata de un pasaje bíblico que por una parte manifiesta quién es Jesús y por otra prepara a los apóstoles para superar el escándalo de la cruz, ayudándoles a comprender la gloria de la resurrección.
El anuncio de la muerte de Jesús probablemente escandalizó a más de uno de los discípulos, sobre todo a aquellos que alimentaban expectativas triunfalistas, con esta revelación se declara que la muerte no aniquila el proyecto de Jesús; ella llegará en su momento y mostrará toda su fuerza y destrucción, pero será vencida porque Jesús es el Hijo de Dios. Dentro del hijo de Dios existe una fuerza interior, una luz que destruirá las tinieblas, refiere el documento signado por el presbítero José Manuel Suazo Reyes.
Por medio de la transfiguración, Jesús revela a sus discípulos cuál es el sentido de su futuro dramático: la gloria llegará después de ser rechazado y sufrir la muerte. Esto nos recuerda una esperanzadora enseñanza ya presente en el libro bíblico del Éxodo: Detrás del desierto está la tierra prometida. La experiencia dura del desierto no puede acabar con la esperanza. El desierto pasará. La muerte y el sufrimiento aparecerán en su momento, pero no debe escandalizarlos. La muerte será superada por la nueva vida que viene con la resurrección.
Luego de la transfiguración, los apóstoles escuchan también este mensaje: Este es mi hijo, mi elegido, escúchenlo. La transfiguración por lo tanto, no sólo revela quién es Jesús: él es el Hijo de Dios y es la luz que necesitamos para vencer las fuerzas del mal que nos acechan. Presenta además un camino que el discípulo debe cultivar para que también se vaya transfigurando, este camino es el de la escucha del hijo de Dios.
El camino para salir triunfantes de las fuerzas del mal es escuchar a jesús el hijo de dios. Él es el único que nos puede ayudar a superar los signos de la muerte. Quien escucha a Jesús encuentra la verdad y la vida. Encuentra la salvación.