A menos de 24 horas de la culminación de su precampaña, Rocío Nahle ha demostrado habilidad estratégica al sortear con éxito la nominación de la segunda fórmula al Senado.
En un movimiento calculado, ha designado a la maestra Claudia Tello Espinosa como propietaria y a la actual diputada federal por Poza Rica, Raquel Bonilla Herrera, como suplente. Pero eso no es todo, también ha colocado al empresario Ricardo Francisco Exsome Zapata como suplente del aspirante a Senador por la primera fórmula, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, cuya posición es más que merecida.
Con el reloj marcando el ritmo frenético de la contienda política, la mano firme y el sello personal de Rocío Nahle se perciben tanto dentro como fuera de Morena, enviando un claro mensaje a los contendientes y observadores:
- Triunfos inobjetables: Solo tendrán espacio aquellos líderes que garanticen victorias contundentes más allá de la marca Morena.
- Filtro de lealtad: Todos deberán pasar por el filtro de lealtad al liderazgo de Rocío y Claudia Sheinbaum.
- Pasado transparente: No se tolerará a candidatos con un pasado nebuloso ni con cuentas pendientes con la justicia.
- Respeto a los derechos: Se rechazará a aquellos señalados de violar la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, y menos aún si figuran en el Registro Nacional de Obligaciones Alimentarias.
- Militancia ejemplar: Todos deben demostrar una militancia ejemplar, contribuyendo a la construcción del Movimiento de Regeneración Nacional.
- Investigación exhaustiva: Nadie quedará exento de ser investigado por las autoridades para descartar vínculos con grupos infractores de la ley.
En cuanto a los candidatos al Senado, Manuel Huerta y Claudia Tello son reconocidos como referentes históricos del movimiento de izquierda y ambos han dedicado talento y esfuerzo a la construcción de la Cuarta Transformación.
Rocío Nahle se juega el todo por el todo con los mejores cuadros de Morena, dejando claro que en su diccionario personal, la palabra “lealtad” lo es todo.
Su estrategia, refleja una determinación implacable por consolidar un proyecto político que va más allá de las fronteras partidistas y se aferra a principios éticos y de justicia social. Sin duda, su papel en la configuración de la contienda electoral no pasará desapercibido, marcando un precedente en el juego político que antecede a la madre de todas las batallas.