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Andrés Manuel López Obrador, candidato por la coalición ‘Juntos haremos historia’, desea que se suspenda de inmediato la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) si gana las elecciones de julio, y amenazó a los responsables con tomar medidas legales si esperan hasta que asuma el poder en diciembre, según dijo su nominado para el cargo de secretario de Comunicaciones y Transporte.
López Obrador solicitará al presidente, Enrique Peña Nieto, que suspenda el proyecto en julio para permitir que la administración entrante lleve a cabo auditorías sobre la construcción y las finanzas del aeropuerto, dijo Javier Jiménez Espriu. Además, los contratistas no deben esperar tarifas de cancelación si el proyecto no continúa.
Jiménez Espriu explicó en una entrevista que si no se les permite eso durante la transición abrirían una queja a principios de diciembre contra los que pudieran ser considerados responsables.
Las quejas se presentarían ante agencias federales como la Auditoría Superior de la Federación, detalló. Esto se sumaría a cualquier caso que el Gobierno pueda presentar contra actos de corrupción vinculados al NAIM, si se encuentran prueban de irregularidades.
Jiménez dijo que hay una probabilidad «muy alta» de que el proyecto sea cancelado y reemplazado por dos nuevas pistas en la base militar de Santa Lucía, aproximadamente a 50 kilómetros del aeropuerto actual.
Negó las estimaciones del Gobierno de que cancelar el proyecto costaría 120 mil millones de pesos, en parte porque las empresas no tendrían derecho legal a las tarifas de cancelación debido a la naturaleza pública del proyecto.
Las tarifas de compensación son «otra mentira» del Gobierno, afirmó Jiménez y añadió que cobrarlas era anticonstitucional y que el Gobierno tenía el derecho de cancelar un contrato.
En su lugar, López Obrador renegociará los contratos con constructores y reestructurará las deudas con los tenedores de bonos, precisó Jiménez, y agregó que el candidato se había comprometido a proteger a los inversores en el proyecto.
López Obrador mantiene que el proyecto actual costaría miles de millones en tasas de mantenimiento anuales porque se está construyendo sobre un lago que se hunde.
El Gobierno de Peña Nieto sostiene que era el único emplazamiento viable para construir un aeropuerto lo suficientemente grande para aliviar la congestión.
Jiménez mencionó que estaba bastante seguro de que la localización de Santa Lucía era una alternativa viable, pero que si los expertos dicen que no lo es, lo aceptaría.