Este instituto fue creado durante el Gobierno obradorista como parte de su plan para mejorar los servicios de salud.
A pesar de que su presupuesto aumentó en casi 50 por ciento en tres años, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) no cumplió con dar atención gratuita de servicios de salud y medicamentos a las personas sin seguridad social, como lo hacía el Seguro Popular.
El instituto inició operaciones en 2020 con una bolsa de 74 mil 556 millones 294 mil 861 pesos, y este año (cuando está proyectada su desaparición por disposición de Morena y del presidente Andrés Manuel López Obrador), la partida destinada al instituto insignia del Gobierno de la llamada 4T es de de 107 mil 216 millones 527 mil 467 pesos.
De acuerdo con los informes de la Secretaría de Hacienda, el aumento más grande fue el del apoyo administrativo, que pasó de 144 millones 438 mil pesos en 2020 a 6 mil 598 millones de pesos, y en 2023 bajó a 4 mil 889 millones de pesos.
En cambio, para la Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral, los recursos pasaron de 72 mil 538 millones de pesos a 81 mil 914 millones de pesos. El Seguro Médico Siglo XXI desapareció al nacer el Insabi, que tenía un fondo de mil 873 millones de pesos.
¿Cómo el Insabi gastaba el dinero asignado por el Gobierno?
Los informes de Hacienda revelan que la partida E023 para la Atención a la Salud creció de 14 mil 66 millones de pesos a 19 mil 252 millones de pesos.
En la partida S200 de Fortalecimiento a la Atención Médica (2022-2023), el aumento fue mínimo, y solo pasó de 862 millones 384 mil pesos a 882 millones 489 mil pesos.
En el Presupuesto del Insabi se incluye la partida S281, denominada Programa Nacional de Reconstrucción, que tiene un fondo de 277 millones 777 mil pesos para este año.
¿Qué pasará con los trabajadores del Insabi?
La reforma aprobada en el Congreso que avala su desaparición aclara que “los recursos humanos, financieros y materiales del Insabi serán transferidos al IMSS Bienestar, a través de la Comisión Nacional de Protección Social en Salud” y que “los derechos laborales del personal que cambie de adscripción se respetarán conforme a la ley de la materia”.
La ley deja ver que la carga de nuevo recaerá en el IMSS, al establecer la iniciativa aprobada que “el IMSS Bienestar asume la prestación de los servicios de salud, para lo que celebrará convenios de coordinación y colaboración con el IMSS ordinario”.
De acuerdo Xavier Tello, especialista en Salud Pública, los derechohabientes del IMSS tienen acceso a atención médica y a hospitales que nunca admitirán a los pacientes del IMSS Bienestar.
“Los primeros tienen acceso a los tres niveles de atención; desde los consultorios de sus Unidades Médico-Familiares, hasta los Centros Médicos Nacionales con los últimos avances de la tecnología y la ciencia. En contraste, los no derechohabientes deberán conformarse con el primero y segundo niveles de atención, en las clínicas de siempre, enfrentando un verdadero calvario al momento de requerir acceso a procedimientos más especializados”, comentó.