Después de casi un año de arrasar contra Palestina y dejar más de 41 mil muertos, según datos del Ministerio de Salud de Gaza, Israel escaló el conflicto en la zona del Levante, al comenzar con bombardeos en todo Líbano.
Proceso
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Entre el lunes 16 de septiembre y el martes 24 de este mismo mes, la ofensiva israelí, en Líbano, mató a 50 menores de edad, según el Ministerio libanés de Salud Pública, en supuesta lucha contra del grupo paramilitar Hezbollah. La cifra podría aumentar si hay más niños enterrados entre los escombros.
Después de casi un año de arrasar contra Palestina y dejar más de 41 mil muertos, según datos del Ministerio de Salud de Gaza, Israel escaló el conflicto en la zona del Levante, al comenzar con bombardeos en todo Líbano.
“La devastación aumenta a medida que avanza la semana. Estamos asistiendo a una tragedia tras otra”, denunció Edouard Beigbeder, representante de UNICEF en el Líbano.
“Los ataques en el país están provocando muertes y lesiones a un ritmo alarmante, y están despojando a cientos de miles de niños y niñas de cualquier sensación de seguridad”.
Tan sólo en las 72 horas, cientos de miles de personas tuvieron que desplazarse a comunidades de acogida y más de 70 mil llegaron a refugios, según dio a conocer la Unidad de Gestión de Riesgos de Desastres del Líbano.
“Antes de las intensas operaciones militares de esta semana, más de 111 mil personas, entre ellas más de 39 mil niños y niñas, ya habían sido desplazadas de aldeas y pueblos del sur del Líbano”, señaló el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Además de los muertos, heridos y desplazados, los bombardeos israelíes dañaron estaciones de bombeo de agua construidas o rehabilitadas por UNICEF en las Gobernaciones de Bekaa y del Sur, por lo que 30 mil personas no cuentan con acceso a agua potable limpia, remarcó Unicef, el cual también pidió una desescalada.
“La situación en el Líbano, que ya era límite, ha pasado de ser una crisis a convertirse en una catástrofe. El sufrimiento de los niños y las niñas debe terminar”, insistió Beigbeder. “Esto solo será posible si se produce una desescalada inmediata. Un conflicto a gran escala tendría consecuencias devastadoras para los 1.3 millones de niños y niñas que hay en el país”.