La nueva trinidad del placer-poder-tener, es contrario al engaño con falsas promesas irrealizables que aparentan éxitos y ocultan fragilidades

Reduce todo lo bueno, verdadero y bello de la existencia a la falsedad de proyectos contrarios a vida.

Irineo Pérez Melo.- La nueva trinidad del “placer-poder-tener” contrasta con lo que estamos viviendo en la actualidad en nuestra sociedad y cultura veracruzana, que pensamos transformará y resolverá todas las problemáticas sociales, económicas y políticas que nos aquejan hoy en día.
Lo anterior se desprende del comunicado emitido por la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, en donde se destaca que esta “trinidad” intenta reducir todo lo bueno, verdadero y bello de la existencia a la falsedad de proyectos contrario a vida, al engaño con falsas promesas irrealizables que aparentan éxitos y ocultan fragilidades.
“A la narrativa propagandística que no comunica, a la injusticia con los débiles que claman justicia, al utilitarismo feroz que descarta al ser humano, a la deshonesta ganancia desmedida del marcado absoluto, al abuso de los más necesitados, a la lógica del engaño sistemático y de la división cotidiana de la comunidad civil”, se añade.
En el documento, signado por el presbítero Juan Beristain de los Santos menciona que es necesario considerar la propuesta de volver al encuentro de una vida espiritual desde Cristo que nos permita sentirnos una verdadera comunidad que afronte todos los desafíos y problemáticas desde una perspectiva del bien y un progreso que implique la responsabilidad de todos en proyectos realizables a corto, mediano y largo plazo.
“Dejémonos sorprender por Dios, acogiendo la vida no como un acontecimiento inesperado del cual defenderse, sino como un misterio que esconde, en el corazón de todos los ciudadanos, la fuente de la verdadera alegría y de la auténtica salvación”, se indica en el comunicado.
Menciona que la imagen que presenta cualquier página de los evangelios es muy llamativa porque son los pobres y excluidos los grandes modelos de la relación con Cristo. Ellos atestiguan ardientemente la actitud confiada que debe tener todo aquel que se encuentre con Jesucristo: La contundencia con Él es decisiva.
Cristo le cambia la vida para siempre al que se encuentra con él. Esta actitud es una apuesta en la que todo se juega o todo se pierde. El evangelio de san Juan nos ha comunicado una experiencia similar que vivió un ciego de nacimiento (Jn 9,1-41) que fue sanado con la luz de la fe bautismal en Cristo, se señala por último