La UNAM gana un amparo a la ministra Yasmín Esquivel sobre la reforma de sus reglas para el plagio

La magistrada mantiene una batalla jurídica con la casa de estudios, para evitar que su Comité de Ética publique el dictamen sobre su tesis de licenciatura, señalada de plagio

EL PAIS

Una jueza de distrito ha desechado el amparo que interpuso hace unos meses Yasmín Esquivel, ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), contra la reforma que hizo la UNAM a su reglamento en marzo, para castigar los casos de plagio. En diciembre del año pasado trascendieron los primeros señalamientos contra la tesis de licenciatura de Esquivel, por su enorme parecido con otra publicada un año antes, por el entonces estudiante Edgar Báez. Esquivel siempre ha señalado que su tesis es la original, aunque las explicaciones que ha dado resultan un tanto incongruentes.

El amparo que gana ahora la UNAM es parte del enredo al que Esquivel, cercana al Gobierno, ha sometido a la casa de estudios. Desde los primeros señalamientos de plagio a la tesis de licenciatura de la ministra, la universidad puso en marcha su maquinaria, si acaso con cierta lentitud, para entender el alcance de las acusaciones. El Comité de Ética de la UNAM asumió la investigación sobre ambos trabajos para determinar cuál era el original y cuál la copia, pero Esquivel y sus abogados contraatacaron con una serie de amparos y demandas ante el poder judicial de Ciudad de México. El objetivo era que la UNAM no pudiese hablar del tema y que el Comité no pudiese publicar sus conclusiones. El enredo, de momento, ha hecho efecto.

Como parte de la batalla contra la UNAM, Esquivel, señalada igualmente por este diario por plagiar su tesis doctoral, en la Universidad Anahuac, se amparó contra una serie de cambios en el reglamento de la universidad, cuya intención es evitar este tipo de situaciones en el futuro. Una de las críticas que la casa de estudios ha recibido estos meses es su incapacidad para anular el título a Esquivel. Los cambios aprobados evitarían vacilaciones por el estilo en el futuro.

Aunque importante desde un punto de vista simbólico, la victoria de la UNAM aquí no cambia el panorama. El núcleo de la pelea yace en realidad en una demanda ante un juez civil de Ciudad de México, clave para que el Comité de Ética de la universidad pueda finalmente desvelar el contenido de su dictamen. Esta demanda, que tomó el relevo a un primer amparo que interpuso la ministra, y que ganó la UNAM, se pierde en enredos, recursos y quejas, amparadas por el Poder Judicial de Ciudad de México. Antes de llegar a la SCJN, Esquivel fue presidente del Tribunal Superior de Justicia Administrativa de Ciudad de México.

La UNAM, inmersa en un proceso de cambio de rector que podría definir el futuro de toda la polémica, ha sido muy crítica con la actitud de Esquivel. En junio, cuando los abogados de la ministra celebraban la decisión de otra jueza de lo civil de Ciudad de México, que reconocía la originalidad de su tesis, la casa de estudios hizo un público un comunicado, exigiendo a Esquivel que les deje publicar su dictamen. La UNAM explicó entonces que ese reconocimiento a la originalidad de su tesis, muy controvertida, como explicó este diario en junio, no tenía nada que ver con el estudio del Comité de Ética de la universidad. “Toda esta situación jurídica solo busca obstaculizar y retardar nuestra labor”, señaló la UNAM.